Nos queda hacer una veeduría y movilización fuerte para que la Secretaría de Ambiente haga seguimiento juicioso a las diferentes poblaciones durante todo el año y establezca las afectaciones que producen los diferentes espectáculos que se realizan en el Simón Bolívar.
El pasado mes de marzo, el parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá recibió por primera vez al Festival Estéreo Picnic (FEP) y a sus 159.000 asistentes, durante sus 4 días de duración.
Este evento musical, que antes se realizaba a las afueras de Bogotá, en la versión 2023 generó la movilización de 173.000 personas que debían ir en automóvil o pagar el servicio de transporte que el organizador destinaba para tales fines. Sin embargo, esto se convertía en toda una odisea que originaba inmensos trancones vehiculares para que los asistentes pudieran regresar a sus hogares. Siempre tuve la duda y supongo que me quedaré con ella, sobre cómo manejaban el tema del desplazamiento de los artistas y si fue esta la razón principal para tomar la decisión de cambiar de locación.
Y sí fue este cambio una gran noticia para los espectadores del evento, que ya no tenían que pensar en la agonía del viaje para ver a sus artistas favoritos, pero no tan así para los dolientes del parque Simón Bolívar y sus residentes perpetuos, habitantes o visitantes frecuentes -migrantes, una buena parte- porque no hablamos de otros sino de sus árboles, flora y fauna.
He de decir que habiendo asistido alguna vez al festival en alguna versión lejana y olvidada, soy, en parte, defensora de este tipo de eventos donde se reúnen miles de personas, congregadas por un gusto en común. Sin embargo, años después y un poco más involucrada en temas ambientales y de avistamiento de aves, me genera preocupación el impacto que pudo tener sobre este hábitat, recibir 53.000 personas en un día de festival y el cómo afectó a estas poblaciones, tanto migratorias como residentes del parque. Aunque también me da curiosidad el por qué tanto revuelo en este momento por el Estéreo Picnic y las afectaciones que pudo ocasionar y no se dice o menciona nada - al menos no que haya visto - con respecto a Rock al Parque, que lleva 28 años realizándose en el mismo sitio, generalmente durante 3 días, y a cuyo evento de cierre pueden llegar hasta 120.000 personas.
Por otro lado, pensando en los demás sitios donde antes se realizaba el Estéreo Picnic y que eran campos abiertos en municipios aledaños a Bogotá, muy seguramente tenían una afectación fuerte para la fauna y flora de esas zonas, incluso más, porque el resto del año vivían completamente alejados de ese tipo de eventos, mientras que en el Simón Bolívar tal vez nuestras queridas y maltratadas aves y demás animales residentes, ya tendrán cierto nivel de adaptación debido a que aparte de los eventos en mención, se realizan otros conciertos en el transcurso del año y además este escenario siempre está abierto al público, recibiendo una buena cantidad de visitantes a diario.
Entonces, sé que tal vez me leo demasiado defensora del FEP, pero solo quiero ser realista sobre el tema porque lamentablemente, gracias a la transacción que recibe el Distrito por prestar el parque y por la logística que se ahorra el organizador en temas de transporte de los asistentes, es difícil que el evento se devuelva para las afueras. En términos cliché, el Estéreo Picnic llegó al Simón para quedarse.
Lo que nos queda es hacer una veeduría y movilización fuerte para que la Secretaría de Ambiente haga seguimiento juicioso a las diferentes poblaciones durante todo el año y establezca las afectaciones que producen los diferentes espectáculos que se realizan en el Simón Bolívar, sobre todo con las aves que tienen sus nidos para el tiempo de los diferentes eventos y que no pueden simplemente huir del ruido como podrían hacer las demás. Por otro lado, qué importante sería trabajar fuerte en el tema de Bosques Urbanos y generar nuevos espacios para las aves que deben marcharse del parque cuando hay eventos.
Por último, decir que la Secretaría de Ambiente publicó el 19 de marzo unas recomendaciones en su página, ¡que las habrá leído el que las escribió, el que las publicó y yo!!! Claramente, muchas cosas se hicieron sobre el tiempo pero teniendo la transmisión del evento por un canal público, ¿por qué no se pensó en comunicar esas recomendaciones para que realmente tuvieran algún tipo de impacto. De haberse considerado esta medida, al menos las personas que no pudieron ir a ver las bandas, se enterarían que el parque es una gran morada para diferentes animales, tal vez la mayoría aves, unas migratorias otras habituales y por si se les ha olvidado recordarles que los árboles son los que convierten la contaminación de esta ciudad en aire respirable.
@marge_vet
Indudablemente, la sección GUAU del Periódico Sector H es una de las más interesantes. Y sobre todo, con temas cotidianos como los que nos presenta mes a mes la doctora Margoth Martín, quien nos enseña cómo debemos comportarnos con nuestros animales de compañía. Gracias por compartirnos tanta información en sus páginas.