ARRANCA QATAR 2022, la versión 22 del Mundial de Fútbol, en la que Francia defenderá su título ante 31 rivales, siendo nuevamente favorita, esta vez con los seleccionados sudamericanos de Brasil y Argentina y de los europeos Alemania, Bélgica, Inglaterra y España.
DESDE EL domingo 20 de noviembre y hasta el domingo 18 de diciembre el mundo se detendrá entre la afición y el fanatismo y detrás de una pelota.
Pluma y Papel
Por Hernán Acero Suárez*
Se observa el comportamiento humano de masas en los estadios deportivos cuando se asiste a un partido de fútbol; de la alegría se salta a la rabia y a la frustración cuando el equipo gana o pierde. Esta actitud se refleja también en los periodistas deportivos dedicados a seguir este deporte. Siendo este el propósito del manejo de masas: manipular sus emociones.
Cuando un jugador está en un buen nivel, lo ensalzan. Casi que lo idolatran. No saben dónde ponerlo. Pero si por razones físicas propias del desgaste que un cuerpo sufre por la exigencia del entrenamiento y de los partidos tan seguidos, amén de los viajes continuos que también agotan, lo que hace que el rendimiento disminuya, entonces se le cae al jugador con rayos y piedras para hacerlo aparecer como un paria de la más baja calaña. Tampoco le perdonan que cumpla años. Como si ellos, sus críticos, no envejecieran.
Lo emocional se apodera de las masas y la irracionalidad de los periodistas. Estos últimos lo hacen, primero, por crear la noticia que le pide el medio para el que trabaja. Debe fabricarla de alguna manera. Y acuden al sensacionalismo. Y segundo, se dejan llevar por el apasionamiento que les hace olvidar que todas las personas, incluidos ellos, pasan por etapas. Tener buenos y malos momentos es parte de la vida. A todos nos pasa. ¿O es que somos invencibles todopoderosos?
Se pudo ver en los recientes partidos amistosos que enfrentó la Selección Colombia contra Guatemala y México. Llovieron ofensas, burlas, sapos y serpientes al calificar de viejos y caducos a jugadores que le han dado glorias al fútbol en este país. No hay respeto, ni agradecimiento por lo que han hecho, al dejar en alto el nombre de la Selección en varias oportunidades. Por tener qué publicar, estos pseudo-periodistas se meten hasta en la vida personal de los jugadores, sin consideración alguna. O los sabios que hacen comentarios prepotentes, desde los micrófonos o desde la pluma. Estos sí que son un fastidio. Es cierto, que cuando un deportista triunfa, entra en la vida pública, pero debe ser en lo deportivo nada más.
Lo mismo pasa con los aficionados que se dejan llevar por el fanatismo y se convierten todos en directores técnicos que descalifican las actuaciones del entrenador y de su colegiado. Claro que es bueno hacer análisis de los juegos disputados, pero se debe hacer desde la orilla de la mesura. Sin agredir ni ofender. Algo que no se aprenderá todavía, porque nos domina el apasionamiento emocional que no deja pensar con claridad. Y no faltara que alguien aquí, me insulte por decir esto.
Al Tata Martino en aquella oportunidad lo agredieron con latas e insultos a la salida del estadio por haber perdido el amistoso con Colombia.
El periodismo no debe ser una pelea de boxeo, como lo pudo advertir García Márquez. Y mucho menos al cubrir deportes y en especial el fútbol. Desde la tribuna de los medios de comunicación no se debe generar discordia. Pero se hace.
El fútbol se goza. Es un juego. A veces se gana a veces se pierde. Se debe disfrutar. No sufrir. Otra cosa es cuando se involucran apuestas y la adicción al dinero transforma a la persona en un vampiro insaciable. Por eso se mata. Casos hemos visto. La razón se nubla y obedece ciegamente a la rabia y a la frustración, dos emociones negativas enfermas que dominan al débil.
¿Qué pasará con Díaz si no alcanza el nivel en el pedestal en que lo han puesto o cuando deje de rendir por la edad? ¿Será lo mismo que con un James, un Cuadrado o un Falcao que ya los desechan? ¿Solo es cuestión de mercado? ¿Comercialismo? El jugador deja de ser persona, para ser un mero producto de intercambio.En fin… hay mucha tela de donde cortar. El tema es bien complejo. Desde esta columna pedimos mesura a quienes son seguidores del fútbol. La mesura también se refleja en la vida para todo lo demás. Esta se consigue con la calma y sin apasionamientos para que la razón no se nuble. Disfrutar el juego, no sufrirlo, es la premisa, y más, ad portas de una nueva versión de la Copa Mundial de Fútbol que ya llega, esta vez desde el Al Bayt Stadium de Qatar, en donde rodará el balón el domingo 20 de noviembre a las 11 de la mañana, en el partido inaugural entre Qatar y Ecuador.
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