"Si bien Israel ha logrado tener control sobre la Franja de Gaza y Cisjordania, no garantiza una victoria estratégica (futura), pues no ha aniquilado a Hamas y ha puesto en aprietos a sus aliados USA y Europa, afectando sus reputaciones a nivel internacional."
Han transcurridos ya más de 150 días en los que Israel ha asesinado a más de 33.035 personas, de las cuales el 70% son mujeres y niños. Además, ha lanzado 29.000 bombas que equivalen a más de 65.000 toneladas de explosivos, lo que deja como resultado un desplazamiento y encerramiento de 1,8 millones de personas en un territorio cada vez más pequeño.
Ahora, el gobierno corrupto de extrema derecha de Benjamín Netanyahu ha dado a conocer el plan que tiene para los palestinos, una vez la intervención militar acabe, pero que, desde ya, se observa en ejecución. Este programa surgió cuando Israel envió un equipo negociador a París, encabezado por David Barnea, director del Mossad (agencia de inteligencia de Israel), para entablar conversaciones sobre un posible acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes que podría poner fin a esta barbarie vista en vivo y en directo.
Todo inicia con destruir por completo la infraestructura palestina cercana a los límites con Israel para tener un pleno control sobre el territorio. Busca, además, desmantelar la Agencia de Refugiados para los palestinos de las Naciones Unidas, con acusaciones falsas para que deje de recibir ayuda financiera como ya sucedió; intervenir en la educación y determinar lo que se enseña en las aulas palestinas para eliminar toda responsabilidad histórica del genocidio israelí contra el pueblo palestino; y cerrar la frontera con Egipto para que la cárcel a cielo abierto en la que los gazatíes han vivido durante los últimos 10 años sea más pequeña y fácil de ser vigilada. Así mismo, los países árabes serán los encargados de reconstruir Palestina a pesar de que Tel Aviv ha sido el que ha destruido la infraestructura civil; e Israel no se obliga con la “comunidad internacional” (Estados Unidos de América (USA) y Europa) a crear un Estado Palestino como lo ha sugerido y promovido Naciones Unidas desde 1948.
Las anteriores acciones inhumanas cometidas por el gobierno sionista de Netanyahu y su plan para continuar humillando a un pueblo inocente, solo han conducido a:
-.Primero. Desmontar la imagen e idealización que Israel ha construido para tener una reputación en el escenario internacional.
-.Segundo. Evidencia torpeza política y falta de visión de un estratega que deja como resultado un genocidio y a unos aliados comprometidos.
En cuanto a lo primero, desde que se creó el Estado de Israel en 1948, la élite política sionista se ha descrito como víctima de los árabes, ser la mejor democracia en Asia Occidental, poseer el ejército más moral y gozar de un equipo de inteligencia de altas calidades. Sin embargo, la respuesta de Israel a los ataques del 7 de octubre de 2023, ratifican que esas imágenes que intentan venderle al mundo son solo proyecciones provenientes del deseo y no de la realidad.
Esa idealización propia de Israel y sus orgías de terror materializadas en los crímenes aberrantes que han realizado por más de 75 años contra el pueblo palestino a nombre de una supuesta defensa de los ataques de los pueblos árabes, se ha transformado en una violencia sin límite y sin pudor alguno. Ha quedado claro que el ejército de Israel no es el más moral cuando asesina sin distinción alguna y disfruta del dolor y daño que puede infligir a la población civil palestina. Tel Aviv tampoco puede decir que es la mejor democracia cuando las autoridades sistemáticamente maltratan a los que no comparten las posturas del gobierno de extrema derecha y el primer ministro se ha mantenido en el poder a pesar de las acusaciones de corrupción y su injerencia en el poder judicial. Asimismo, el sionismo no puede afirmar que goza de una inteligencia de altas calidades cuando no fue capaz de detener un ataque a su territorio, así como tampoco lograr distinguir los combatientes de la población civil.
En cuanto a lo segundo, la torpeza política y falta de visión de Netanyahu se evidencia en que, como primer ministro, no sabe distinguir entre táctica y estrategia. En los conflictos bélicos, los objetivos tácticos se centran en cómo obtener las ganancias a corto plazo, mientras que los objetivos estratégicos requieren de una visión a largo plazo, alineando las acciones militares con las prioridades políticas y respondiendo a la pregunta: por qué se toman tales decisiones. La anterior explicación apunta a que si bien Israel ha logrado tener control sobre el territorio de la Franja de Gaza y Cisjordania (batallas sobre el terreno, de corto plazo), no garantiza una victoria estratégica (futuro), pues no ha aniquilado a Hamas y ha puesto en aprietos a sus aliados USA y Europa, afectando sus reputaciones a nivel internacional.
CONCLUSIONES
Todo lo anterior conduce a concluir dos cosas:
1-. Israel puede ganar en el terreno de batalla, pero con un alto costo político internacional para él y sus aliados.
2-. Si bien este pasaje de la historia de los palestinos es uno de los más oscuros, también puede ser el inicio del fin del proyecto sionista que tanto daño le ha hecho al pueblo palestino y a la comunidad judía.
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