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LA ALEGRÍA DE LEER: ¿un plagio?

Por Hernán Alejandro Olano García

Columnista invitado


Como genealogista de la familia Olano, siempre me pareció un halago encontrar que “Olano une la lona” y “Ana le lee a Olano” eran homenajes originales de "La Alegría de leer"; pues no, son una copia de una cartilla argentina “Mi primer libro”, de VICTORINA MALHARRO, maestra fallecida en 1928.

Publicada por la Editorial Voluntad, con más de 44 ediciones registradas y dirigida al “Primer Curso de Primaria”, la cartilla de Evangelista Quintana Rentería, Inspector Escolar del Valle del Cauca y su esposa Susana Vinasco de Quintana, autora de un manual de mecanografía, fue el libro más vendido del país y trascendió fronteras, tanto que le concedieron la Medalla de Oro en la Exposición de Buga de octubre de 1932, como se aprecia aún en ejemplares que circulan como curiosidad y se incluye el Diploma acreditativo en la contraportada del libro, oficialmente respaldado por la Junta Pedagógica del Ministerio de Educación Nacional a partir de 1931.


Resulta que en un artículo de José Oliden Muñoz Bravo, doctor en Historia, publicado en 2013 la revista # 13 de Historia de la Educación Colombiana, se señala que “El verdadero autor de la obra fue el educador nariñense Manuel Agustín Ordóñez Bolaños, nacido en La Cruz en 1875. En 1926 Ordóñez viajaba un día en ferrocarril de Popayán a Cali, cuando de pronto sintió que alguien le ponía la mano en el hombro y le preguntaba por los cuadernos que portaba. Era Quintana, quien se interesó por ellos, y de ahí en adelante se dedicó durante horas a leerlos durante el viaje”.


Quintana se apropió del texto de Ordóñez y lo publicó con gran éxito y sin-iguales ganancias. El plagio estaba cometido. Pero, Quintana y su señora, tal vez no supieron que los cuadernillos de Ordóñez eran a su vez plagiados de la obra de la educadora argentina Victoria Malharro.



Esta manifestación que hago también desvirtúa el folleto “Ventura y desventura de un educador”, donde Vicente Pérez Silva asegura que Ordóñez era el verdadero autor de los textos de doña Victorina.


Se cumplen 90 años de la medalla de Buga y, sólo podemos decir sobre Quintana y Ordóñez, que “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”.



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