Los países emergentes: Una oportunidad de cambio para la vida internacional
- Manuel Alejandro Rayrán
- 3 abr
- 3 Min. de lectura
Aunque es improbable que potencias medias y emergentes como India, Nigeria, Brasil, Indonesia y Turquía formen un bloque propio, están bien posicionadas para liderar asuntos urgentes de la vida internacional, pudiendo ofrecer un camino distinto que no dependa de la buena voluntad de USA o de China.

El declive relativo de Estados Unidos de América (USA) y la rivalidad sinoestadounidense no sólo pone en riesgo los procesos y las aspiraciones de los países más pequeños, sino también pone en peligro la paz y la seguridad internacional. Desde el ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, USA y sus aliados establecieron una guerra contra el terrorismo, al identificarlo como el principal enemigo del orden internacional liberal. En el marco de esta confrontación, los mismos promotores de un orden basado en reglas, invadieron países, violaron los Derechos Humanos (DD. HH.) y fortalecieron ciertos imaginarios de la otredad, creando narrativas de “buenos y malos” para estigmatizar a los actores que no compartían valores y creencias políticas y económicas con Occidente.
Y mientras USA y Europa se dedicaban a lo anterior, países emergentes como India, Nigeria, Brasil, Indonesia y Turquía crecieron económicamente y establecieron narrativas de pluralidad y tratos igualitarios distintos a los establecidos. Aunque es improbable que estas potencias medias y emergentes formen un bloque propio, están bien posicionadas para liderar asuntos urgentes de la vida internacional. De esta manera, pueden ofrecer un camino distinto que no dependa de la buena voluntad de USA o de China.
De igual manera, los países antes mencionados ganan relevancia cuando se tiene en cuenta que sus Productos Internos Brutos (PIB) combinados superan al de USA y se espera que crezca un 50% para 2029, además que cuentan con una clase media numerosa, tienen proyecciones a crecer en la innovación tecnológica y con una economía orientada al consumo. Estas características hacen que sean un atractivo para los países más pequeños y una ventana para que el Sur Global se fortalezca para abordar de mejor manera el actual ambiente hostil geopolítico.
En ese sentido, si bien tienen amplios retos para superar la desigualdad, la pobreza y otros problemas económicos y sociales, se convierten en una alternativa para los países que no quieren tener una confrontación directa con USA y su presidente Trump, ni verse en la disyuntiva de tener que escoger entre alguna de las potencias en rivalidad, con graves implicaciones para sus asuntos políticos y económicos.
Este panorama, entonces, permite que exista una tercera vía para que los países que quieren evitar la confrontación puedan hacer todo lo posible para exigirle a las grandes potencias mantener la paz y la seguridad internacional. Asimismo, al compartir vulnerabilidades, pero también pasados de colonización y de asimetrías de poder desfavorable, pueden coincidir con problemas, experiencias, desafíos y oportunidades, y construir desde realidades semejantes un futuro más formidable para sus ciudadanos y mejorar su posicionamiento dentro del sistema internacional.
Con todo esto, la contribución más significativa que pueden ofrecer estos países emergentes es la viabilidad de construir un orden multipolar y la construcción de diversas vías de desarrollo en el orden global, sin que la diferencia sea entendida como un problema, un estigma o un factor de rebeldía para las potencias de la vida internacional.
Adenda.
Luego de 10 años de estar escribiendo de manera continua mi columna “Bajo la mirada de Jano”, quiero compartirles que me tomaré un descanso por algunos meses.
En estas líneas quiero agradecerle al director del Periódico Sector H, César Eduardo Barrios Logreira, y a todos los miembros del Comité Editorial, que con su generosidad me permitieron expresar mis ideas y análisis sin ninguna restricción, enarbolando la libertad de expresión y el pensamiento crítico.
También quiero reconocer con amplio cariño el apoyo de Marina Pinzón, quien nunca ha dudado en ofrecerme su apoyo, consejos y valiosa amistad. Agradezco a cada uno de mis lectores y críticos que fueron la razón y mi principal motivo para escribir los textos mes a mes durante este tiempo. Gracias a todos por acompañarme en mi crecimiento personal y profesional. Espero regresar pronto a este espacio y seguir compartiendo algunas reflexiones sobre la vida internacional que tanto nos afecta como colombianos, bogotanos y fontibonenses. ¡Hasta pronto!
Gracias Alejandro por cada una de sus columnas. Muchos éxitos en su vida profesional y sus proyectos personales. Esperamos no sea un adiós, sino, simplemente un hasta luego. Abrazo fraterno.