Caza control: Esta estrategia disminuye la población a corto plazo, sin embargo, el impacto social es negativo especialmente entre ciudadanos que guardan afecto por ellas, debido a las acciones que claramente conducen a la muerte sin discriminación, y por el dilema ético que se plantean frente a los principios del bienestar animal.
Disminución del éxito reproductivo: consiste en la ubicación de nidos para poder realizar la extracción de huevos, su perforación o el uso de algunos falsos, sin embargo, esto implica altos costos de mantenimiento para las labores frecuentes que se requieren. También podrían suministrarse a través del alimento productos quimio esterilizantes, pero esto puede representar un riesgo para aves como torcazas, mirlas y copetones, entre otras, sin embargo, podría servir en espacios cerrados y de condicionamientos permanentes como palomares.
Reducción de espacios o hábitats: Es una técnica de manejo del hábitat que consiste en alterar, de manera permanente, las condiciones de un espacio, por ejemplo, en los lugares donde se alimentan, anidan o duermen. Básicamente lo que se pretende es disminuir o eliminar los elementos o espacios que les ofrecen refugio y las atraen, generando en ellas la necesidad de migrar.
“Es importante considerar que para que un programa de control de poblaciones de palomas de plaza tenga éxito, es preciso procurar que exista una sinergia entre todas las herramientas de manejo implementadas” y “teniendo en cuenta que la especie se asocia altamente a los espacios antropizados, es necesario seguir acompañando toda la estrategia con una campaña de concientización y educación a la comunidad involucrada”, concluye el estudio realizado por el IDPYBA.
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