Trabajar de manera aislada puede funcionar, pero el esfuerzo será el doble. Si somos un grupo de personas que nos identificamos por compartir un sector en común y que, por ende, perseguimos los mismos objetivos, si lo hacemos de manera organizada, muy seguramente vamos a conseguir todo lo que nos propongamos.
César Barrios Logreira
Editor
Haciendo un pequeño sondeo de las organizaciones comunitarias que existen en todo el Distrito Capital, los fontibonenses debemos estar orgullosos, pues en nuestra localidad tenemos algunas de las más sólidas y consolidadas asociaciones y organizaciones comunitarias.
Asocihayuelos, Asofelicidad, Asosalitre, AsoReserva del Salitre y Asobaleares II y III, por solo mencionar algunas, cada una de ellas -por iniciativa de un puñado de residentes de su sector ante algún tipo de requerimiento, atropello o queja, o simplemente por el elemental deseo o necesidad de organizarse con el fin de generar mecanismos para conservar de la mejor manera su territorio y mejorar su calidad de vida de sus familiares y vecinos- decidió algún día sumar los esfuerzos de sus vecinos interesados, convirtiéndose en su vocera ante las autoridades públicas y privadas, locales y distritales. De igual manera, al interior de estas organizaciones, unieron sus manos para gestionar sus requerimientos, realizar campañas y adelantar iniciativas de beneficio común.
Pero este tipo de procesos no culmina ahí. Cada una de estas organizaciones, para sostenerse y en realidad alcanzar resultados de beneficio común, requiere de manera permanente la suma de más y más manos, para poder entre todos cubrir los múltiples frentes que se requieren, en ese espectro que cada vez es más amplio (seguridad, movilidad, malla vial, convivencia, bienestar social, ambiente, cultura, espacio público, aprovechamiento del tiempo libre, entre otros).
Pero ojo, porque en este punto resulta muy cómodo ver los toros desde la barrera y creer que “como estoy pagando un dinero a la Asociación comunitaria de mi sector, son ellos quienes deben responderme por todo”. Craso error, pero desafortunadamente frecuente, y muy peligroso, pues al “ESPERAR QUE SEAN OTROS LOS QUE HAGAN”, podemos estar haciendo que todo se vaya al piso. En la colmena, cada individuo tiene una misión y la suma de misiones resulta en acciones prodigiosas.
El llamado es a que apoyemos a las asociaciones, organizaciones y juntas de acción existentes, afiliando a nuestros conjuntos residenciales, vinculándonos, atendiendo sus convocatorias, participando y aportando las nimias cuotas mensuales requeridas para su funcionamiento y logro de objetivos.
Es preferible que haya una Asociación, que así sea con las uñas que nos represente, a que estemos huérfanos y a la deriva, pues con ese mínimo apoyo, estas organizaciones existen, sobreviven y nos resuelven muchos de nuestros problemas.
Este buen artículo nos motivó para escribir esta sencilla nota respecto al verdadero trabajo en equipo: https://n3lsonsandoval.blogspot.com/2021/10/trabajo-en-equipo-las-abejas-y-su.html?m=1